Año: 2017
Director: James Franco
Genero: Thriller (Siglo XIX)
Durante el siglo XIX, Baltimore, es una chica que se encuentra afectada por la muerte prematura de sus padres y decide internarse voluntariamente en el Instituto Rosewood , ya que pensaba que tenía alguna enfermedad mental, así que decide somete a experimentos pseudocientíficos y violentos que alteraron de alguna manera su personalidad, su comportamiento y sus sentimientos por un constante lavado de su cerebro y el control de su mente, demostrando poco a poco que el instituto que le garantizó su salud total, no era verdad.
Esta película es bastante interesante ya que está basada en algunos hechos reales, al final de la película nos presentan fotografías reales del instituto, resaltando lo que había dentro de él y como tenían a las personas enclaustradas. Simplemente es una representación de todo lo que se movía adentro, dando un enfoque un poco más imaginativo y hasta cierto punto tétrico, porque la película le da un sentido inquietante y misterioso, la cual esta relaciona con algún tipo de secta.
Se trata de una película conmovedora porque toca temas muy sensibles del público, aborda el tema del dolor, el sufrimiento, y la injusticia, se expone de manera social, la discriminación por género e infravaloración de la mujer, el abuso, la violación y el maltrato tanto físico como emocional, nos hace reflexionar sobre la depravación del mundo, como es que existe gente tan mala, optando por herir a los demás, lejos de que se catalogan a los enfermos mentales por estar encerrados con tratamientos antipsicóticos y terapias, las personas realmente enfermas se considera a los que cometen homicidio social, los que corrompen las leyes, y todo aquello que va en contra de la integración de las personas, ya que nos encontramos bajo la hegemonía de una disciplina empeñada en la construcción moral del mundo.
Hace hincapié a la corrupción que tiene un gran impacto mundialmente y como las autoridades tanto políticas como religiosas que abusan de su poder, influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos humanos a los que tienen permiso de acceder, inmersos en un mundo egocéntrico.