En los inicios de la televisión mexicana, Silvia Pinal fue de las primeras figuras requeridas por la pantalla de cristal en su momento, como parte de los teleteatros realizados por Manolo Fábregas y Fernando Soler, en el que llegó a acumular alrededor de 200 puestas en escena.
Al concluir estos teleteatros, la sonorense formó parte de series como Teatro Bon Soir, un programa semanal de hora y media, en el que lo mismo participaba lo mismo en juguetes cómicos, hasta en dramas con fondo religioso, entre otros. En esta serie, Silvia Pinal actuó en un promedio de 50 emisiones.
Sin embargo, dada la espectacularidad de este medio electrónico en el que el público podía tener a sus estrellas en la comodidad de su hogar, Silvia Pinal se preocupó por formar parte de programas de impacto, en los que pudiera demostrar sus cualidades artísticas, entre ellas cantar y bailar.
Debido a ello, formó parte de programas como Fiesta musical Ford, en el que por cierto realizó el primer semidesnudo en la televisión mexicana, debido a que bailando se le cayó la parte superior del vestido y no traía nada abajo; lo cual provocó un escándalo del que todos los medios hablaron.
Otras series cómico-musicales en los que Silvia Pinal participó son: La hora Chrysler, Festival Corona, La hora Raleigh y Revista musical Nescafé.
Posteriormente, formó equipo con el actor, productor y director Raúl Astor, con quien trabajó en series como Sólo para caballeros, el cual consistía en mini comedias musicales, patrocinado por el Condominio Insurgentes; así como Automex presenta, entre otros.
De esta manera, la estrella protagonizó varios programas de este tipo, entre ellos Silvia y Enrique, en el que compartió escena con su esposo en ese entonces, Enrique Guzmán; así como Los especiales de Silvia Pinal y Sorpresas, por mencionar algunos.
No obstante, además de cantar, bailar y hacer reír en la pantalla chica, Pinal tuvo el deseo de realizar programas en los que se mostraran los problemas cotidianos de la mujer, iniciando su paso por este rubro con una serie llamada Mujer, en el que ella aparecía interpretando los papeles principales de cada capítulo.
A este le siguió Y ahora Silvia, en el que hizo mancuerna con Miguel Sabido; en el que dramatizaba fragmentos de obras clásicas o recitaba poemas.
Años más tarde, retomó el concepto de Mujer, ahora con el agregado casos de la vida real, iniciando su existencia en 1985 y concluyendo en 2007, llevando a escena historias reales de mujeres de diversas edades, quienes enviaban sus casos. Entre los problemas más comunes que se exponían eran de maltratos o diferentes tipos de abusos, ya fueran físicos o psicológicos.
En lo que se refiere a las telenovelas, Silvia Pinal ha participado en títulos como ¿Quién? -aunque algunos no la consideran como tal, debido a que se transmitía todos los domingos-, Los caudillos, Mañana es primavera, Eclipse, Lazos de amor, El privilegio de amar, Carita de ángel (reemplazando a Libertad Lamarque), Aventuras en el tiempo, Amarte es mi pecado, Amor sin maquillaje, Fuego en la sangre, Soy tu dueña y Una familia con suerte, el algunas de ellas con personajes ficticios y en otras interpretándose a ella misma.
La producción en televisión es también un área en la que Silvia Pinal ha trabajado con éxito, destacando títulos, además de Mujer… casos de la vida real, como las telenovelas Mañana es primavera, con Gustavo Rojo y Norma Lazareno, siendo esta su debut como productora de este género; Cuando los hijos se van, con Saby Kamalich, Sylvia Pasquel y Enrique Rocha, siendo el debut de Héctor Bonilla como director de escena; Eclipse, es otro título, protagonizado por Joaquín Cordero y Ofelia Guilmáin, el cual fue censurado, ya que no se permitía hablar de manera abierta de sexo y homosexualidad; y la última fue Tiempo de amar, esta última con Lupita D’Alessio y Fernando Allende.
Una de las apariciones más recientes de Silvia Pinal en el formato de serie de televisión fue en Mujeres asesinas, con el capítulo Rosa Heredera, en el que ella es la víctima del personaje encarnado por Daniela Castro, bajo la producción de Pedro Torres.