Cada vez hay más deportistas que acuden al coaching deportivo como una herramienta para incorporar el entrenamiento o desarrollo psicoemocional a su rutina física, técnica y táctica. Para mejorar continuamente su desempeño, incorporan técnicas para el equilibrio personal de forma sistémica y una serie de protocolos en las etapas previas, durante y posteriores a la competencia para así aprovechar al máximo el aprendizaje en cada instancia..
Qué es el coaching deportivo
El coaching deportivo, al igual que el coaching en otras áreas, se centra en el desarrollo de la persona y en el potencial que tienen para encontrar sus propias soluciones y respuestas. En ese sentido, es una herramienta que puede ser aprovechada por deportistas de todo nivel. Algunos de los aspectos a trabajar, en beneficio de un desarrollo hacia el alto desempeño, sostenible en el tiempo y que aporte bienestar a la vida del deportista, son: hacerse responsable de sus resultados, reconocer sus logros, identificar los errores como oportunidad de aprendizaje o ser capaces de enfocarse en lo que está bajo su control, entre otros.
Este proceso brinda al deportista la oportunidad de potenciar su talento deportivo, aprovechando los recursos con los que cuenta y desarrollando las habilidades que requiera para encaminar su rendimiento hacia un nivel óptimo, apoyado de un plan de acción que le permitirá alcanzar los objetivos desafiantes y realistas que se proponga.
Catherine Medranda Flor, coach certificada ACC ICF, nos comenta que “el coaching deportivo acompaña al desarrollo de equipos y deportistas, indistintamente del deporte que se practique, tomando en cuenta que el conocimiento que pueda tener el coach en el deporte de su cliente siempre sumará a la fluidez de la comunicación y a la comprensión de los diferentes retos que puedan presentarse para el deportista como parte del proceso, lo cual permitirá encaminar al coachee hacia el diseño de un plan de acción de mejoras que pueda aplicar en diferentes situaciones a las que se enfrente”.
Cómo se plantea el coaching deportivo y con qué herramientas trabaja
El trabajo parte de un enfoque integral, en el que desde la exploración inicial se reconoce a la persona antes que al deportista, fomentando el autoconocimiento a través de diferentes herramientas como la Rueda de la Vida, el análisis FODA, la Ventana de Johari, entre otras.
Luego de pasar por a la fase de autoconocimiento, se trabaja el reconocimiento de la situación real actual y la definición de los objetivos a alcanzar, en donde se suelen utilizar herramientas como la línea de tiempo y definición de objetivos SMART. Por último, el deportista diseña un plan de acción flexible personalizado a su condición, capacidades y aspiraciones, siendo importante que dicho plan esté respaldado por un cronograma y métricas que le permitan valorar su avance en todo momento.
Durante todo el proceso es importante mantener la autoevaluación para recoger los avances y que a partir de la consciencia de sus logros y fallas, exista una retroalimentación que le permita al deportista ir realizando ajustes a su plan. Para trabajar la autoevaluación se propone el uso del método MIMO.
Además se utilizan técnicas como la visualización y la activación de Jacobson, las cuales brindan al deportista la posibilidad de gestionar efectivamente situaciones de lesión, perfeccionamiento de jugadas o encontrar su nivel de activación ideal en cada competencia, entre otros.
Su duración depende del tipo de acompañamiento que requiera el deportista, pero por lo general sobre bloques de 4 a 6 sesiones que pueden llegar a extenderse por varios meses, de forma semanal o mensual. En el coaching de equipos, se desarrolla un plan que va de la mano con las diferentes fases, tanto de la pretemporada como de las diferentes etapas de la competencia que se desarrolla en un año calendario.
Rendimiento vs. ansiedad
El principal objetivo suele ser el de mejorar el rendimiento, ya sea logrando el primer puesto en competición o que el equipo gane el campeonato. Sin embargo, esta valoración se reduce a ganar-perder y viene acompañada de un gran nivel de ansiedad por conseguirlo.
Pero al despejar dicha ansiedad, se descubre de manera objetiva los aspectos que necesitan fortalecer o que necesitan cambiar para llegar a sus objetivos, siendo el mismo deportista el más adecuado para evaluar estos ajustes que se requieren para ir un siguiente nivel. De esta manera, se encuentra sentido en que el enfoque sea desde lo que puede ir mejorando con un plan claro, medible y posible, partiendo de su situación real actual para avanzar fluidamente hacia el nivel óptimo de desempeño que desea.
Podemos entonces decir que el coaching deportivo le brinda al deportista la posibilidad de construir un camino real y sostenible, de acuerdo a su situación actual particular, hacia un óptimo desempeño en dirección a lograr sus objetivos y equilibrando las distintas emociones que se presentan en el camino.