Frozen II llegó en noviembre de 2019 y venía con un reto enorme, intentar mejorar o estar a la altura de su antecesora, se tenía mucha expectativa sobre lo que nos darían para esta nueva aventura del mundo mágico de Arendelle.
Mucha gente tenía grandes expectativas acerca de la sexualidad de la protagonista, en donde se solicitaba que fuera parte de la comunidad LGBT+ o si por fin tendría el príncipe que muchas personas soñaban que tuviera. Ninguna de estas dos sucedió, Elsa sigue siendo un personaje que se vale por sí mismo y es un buen ejemplo que quiere dar a las niñas pequeñas, una mujer fuerte que puede ser feliz sin necesidad de alguna compañía.
Las canciones no logran superar a las de la primera película, la que mayor fuerza tiene es “Mucho más allá” interpretada nuevamente por Carmen Sarahí y para su distribución “comercial” se encargó David Bisbal en la versión latinoamericana.
Los detalles de animación y la paleta de colores que se utilizan son adecuados y excelentes para la trama, pues claro, estamos hablando de Disney. La historia tiene un hilo mucho mejor narrado que en la primera, sin embargo, no logra hacerle competencia a su antecesora, ya que la historia es mucho mejor, sin embargo, su falta de éxitos musicales le quita un poco de ese boom que logró cautivar a los más pequeños en Frozen, ya que contamos con “¿Y si hacemos un muñeco?”, “La puerta es el amor” “Finalmente y cómo nunca” y “Libre Soy”, mientras que en ésta se sostiene en “Mucho Más Allá” y un poco en “Muéstrate”.
Si no eres fanático de los musicales de Disney, lo más probable es que te desesperé y no tengas ganas de ver algo relacionado con Frozen por mucho tiempo, pero, si a alguno de tus hermanitos, sobrinos o primos quieran verla es una opción ideal, ya que recordemos que el público general de ésta misma es el infantil logrando que este sea su éxito de ganancia, asegurar que toda la familia vaya a verla y poder lograr un éxito mundial en taquilla asegurado.