En punto de las 21:15 h, Sarah Brightman piso el escenario de la Arena Ciudad de México acompañada de múltiples músicos y coristas, pero sobre todo luciendo un vestido rojo intenso que la hacía ver como personaje de cuento de hadas, iniciando la velada con “Fleurs Du Mal”.
Brightman agradeció a su público por estar acompañándola en una velada tan especial para ella, pues ya tenía bastante tiempo que no visitaba las cálidas calles de la Ciudad de México, y comentó que muchas de las canciones de esta presentación fueron especialmente seleccionadas para su público mexicano y dando inicio a la segunda canción de la noche “Dust In The Wind”
Sin duda, la magia del concierto fueron los nuevos arreglos de las canciones, pues, hacían lucir el rango vocal de tres octavas de Sarah; la primera sorpresa de la noche se vio reflejada en las caras de las poco más de 12 mil personas que se dieron cita en la Arena Ciudad de México, pues fueron transportados a la época de los 80 con los primeros acordes de “Hijo de la Luna” pero ahora con un estilo muy característico de Sarah Brightman.
Con un nuevo cambio de vestuario, Sarah pidió una ola de aplausos para uno de sus invitados de la noche, Yoshiki, quien acompañó a la Brightman en “Miracle” y en “Anniversary Piano Concerto”.
Con un nuevo vestido interpreto “Canto de la tierra”, acompañada por “Jay Dref” y para terminar el primer parte del concierto lucio un vestido blanco para interpretar “Nessun Dorma”, poniendo de pie a toda la Arena, ovacionándola con aplausos y gritos.
Después de 15 minutos de receso, Brightman volvió al escenario con un diferente vestuario para interpretar “Harem”, “What a Wonderful World” y “Barcarolle” donde Brightman compartió escenario con “Narcis” quien después interpretó “Pie Jesu”.
El acto final se acercaba y Brightman no podía dejar a su amado público sin escuchar sus más grandes éxitos como “Fly to Paradise”, “Masquerade” y guardando lo mejor para el final “Phantom of the Opera” y “Time to Say Goodbye”, con la cual se despidió por unos momentos.
Pensando que el concierto había llegado a su fin, Brightman volvió al escenario a interpretar “A Question of Honor” y “Ave María”, llenando la Arena Ciudad de México de aplausos, gritos y chiflidos de felicidad por parte de los fanáticos de Brightman, cerrando así una velada llena de lo mejor de la ópera.